jueves, 28 de octubre de 2010

Si te paras pierdes

Hay días malos. Semanas espesas. Horas vacías de sentido común que estropean todo a su paso. Por no pensar, por intentar desconectar, por ser idiota, me defraudo. Cometo errores, me despisto, me olvido, me estropeo. La inopia nunca fue un lugar habitable, como mucho un transbordo. No podemos aparcar la vida, bajarnos, tomar un café y volver a subir. No funciona así. Todo se mueve, todo influye, todo cuenta. Es una carrera de fondo y quedarse sin aliento no es excusa. Si te paras pierdes, o lo que es peor, te decepcionas.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Lo peor no es la explosión... es la onda expansiva que genera.

lunes, 25 de octubre de 2010

Aguantamos


No. Es mentira. Así no se soluciona nada. Sólo se transforma. Pero nos vale. Es suficiente.
Lo importante es cambiar el estado. Nos quedamos un rato. Bajo el agua todo es más líquido y menos espeso. Nos falta el aire pero como sabemos que estará ahí fuera, aguantamos. Aguantamos. Aguantamos. Aguantamos. Aguantamos. Aguantamos hasta que nos duelen los pulmones y salimos. Respiramos profundamente, con ansia incluso. Ahora parece que el aire es distinto, no pesa tanto. Son segundos de completo vacío, de expulsión íntegra de nosotros mismos. De vez en cuando es bueno poner los inconformismos a remojar...
No se limpian, pero algo encogen.

sábado, 23 de octubre de 2010

jueves, 21 de octubre de 2010

Capítulo VII - El principito-

Durante el quinto día y siempre gracias al cordero, me fue revelado otro secreto de la vida de mi amigo. Me preguntó bruscamente y con cierta ansiedad:
-Si un cordero come arbustos, ¿es que come también flores?
-Claro! Y es más, un cordero come todo lo que encuentra a su paso.
-¿Come flores con espinas?
-Sí. También las que tienen espinas.
-Pero entonces, ¿de qué le sirven las espinas a la flor?
En verdad, yo no tenía respuesta para ello. Estaba además muy ocupado intentando destornillar un bulón de mi motor, que se hallaba muy ajustado. Me encontraba por cierto bastante preocupado por el estado de mi avión y el agua para beber que iba agotándose minuto a minuto; ello me hacía temer lo peor.
-¿Para qué sirven entonces las espinas?
El principito no olvidaba jamás las preguntas que formulaba. Yo, preocupado por mi bulón respondí cualquier cosa:
-Las espinas no sirven para nada, son pura maldad de las flores.
-¡Oh!
Luego de un silencio y con cierto rencor, agregó:
-¡No lo creo! Las flores son ingenuas y débiles. No tienen maldad y se defienden como pueden. Se creen terribles con sus espinas.
Nada respondí. Me decía para mí: "Si este bulón aún resiste, lo haré saltar de un martillazo". Interrumpiendo nuevamente mis reflexiones, el principito dijo:
-Y tú, ¿tú crees que las flores...?
-¡Pero no! ¡Yo no creo nada! Te respondí cualquier cosa. ¡Yo me ocupo de cosas serias!
Asombradísimo me observaba el principito.
-¡Cosas serias, eh! ¡Hablas como las personas mayores!
Avergonzándome aún más agregó:
-¡Todo lo confundes! ¡Mezclas todo!
Nunca lo había visto tan irritado. Sus dorados cabellos se sacudían con el viento.
-Sé de un planeta en donde habita un Señor colorado. Nunca ha sentido el perfume de una flor, nunca ha mirado una estrella. Tampoco ha querido a nadie. Sólo una cosa ha hecho en su vida; sumas y restas. Repite todo el día, como tú, hasta el cansancio: "¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!" Hinchándose de orgullo. ¿Sabes lo que creo? ¡Que no es un hombre, es un hongo!
-¿Un qué?
-¡Un hongo!
El principito empalidecía de cólera.
-Millones de años hace que las flores fabrican espinas, y otro tanto que los corderos se comen de todas formas las flores. ¿Acaso no es serio intentar entender por qué las flores insisten en fabricar sus espinas que no sirven nunca para nada? ¿No crees que tenga importancia la guerra entre los corderos y las flores? ¿No tiene esto más importancia que las sumas y restas de un Señor gordo y rojo? ¿Y no es también importante que la flor que yo conozco sea única en el mundo, que sólo exista en mi planeta y que un corderito pueda hacerla desaparecer de golpe, en un instante una mañana y sin darse cuenta de lo que hace? ¿Esto, no es acaso importante?
Ya enrojecido agregó:
-Si se ama a una flor de la que no existe más que un ejemplar entre millones de estrellas, es motivo suficiente para que al mirar las estrellas sea feliz. Se dice para sí: "Mi flor está allí, en alguna parte..." Pero si el corderito comiera la flor, para él es como si de pronto y al mismo tiempo, todas las estrellas se apagaran. ¿Y esto, no es importante?
Bruscamente rompió en sollozos y nada más pudo decir. Ya era noche. Abandoné mis herramientas, de las que ya no importaban ni el martillo, ni el bulón, ni la sed, ni la muerte. En la Tierra, en mi planeta, en una estrella, había un principito que necesitaba ayuda. Lo tomé entre mis brazos y lo acuné. Le dije: "La flor que tú amas no corre ningún peligro... ¿sabes por qué? Dibujaré ya mismo un bozal para tu corderito. También dibujaré una armadura para tu flor... Di..." Ya no sabía que decir. Mis palabras resonaban torpes, estaba perdido... no sabía cómo llegar a él... ¡Es soberanamente misterioso el mundo de las lágrimas!

lunes, 18 de octubre de 2010

Hoy blanco

He decidido luchar y perseguir. Apostar sin perder. Reir. Reirme mucho. Ya esta bien de tanta decisión absurda y tanto lamento. Estoy cansada de pensarme, de aguantarme. No se tiene todo pero si todo lo que se tiene. Suficiente. El truco esta en saber tenerlo. Lo sé. Hoy blanco, mañana negro. Es el problema de padecer bipolaridad emocional literaria. Por eso me aprovecho y disfruto a tope de estos días de optimismo desbordado.

jueves, 14 de octubre de 2010

Consecuencias

Son las consecuencias de quedarse quieta mientras el mundo no para de moverse. De tomar cafés que saben a consistencia vital incuestionable. De esperar, fruncir el ceño y apretar los puños. De los atajos untados en el mañana no existe y en el tiempo lo cura todo. De meter las decepciones en cajitas y las ilusiones en sobres. De colocar los minutos en filas y los días en tablas. De acumular deseos incongruentes y ficticios que aturullan. De las duchas rápidas y las noches cortas. De ser tan racional, consecuente y contradictoria. De desnudar antes mi alma que mi cuerpo. De ocultar debilidades y flaquezas detrás de un montón de rizos....... De escribir tanto y hacer tan poco.

Fragmento del libro "Cosas que hacen BUM" de Kiko Amat

"El sonido de la decepción es un ruido sordo, como una botella acabando de vaciarse.
Si se presta atención, puede oírse el sonido de la decepción.
Es como escuchar un alma yéndose por el desagüe."

martes, 12 de octubre de 2010

A veces hay que llorar por fuera
para que deje de llover por dentro.

lunes, 11 de octubre de 2010

El cerebro masculino

Redes para la Ciencia

Obcecados

Normalmente hay tres opciones: deprimirse, conformarse y obcecarse.
La mayoría tendemos a lo tercero. Es como un dispositivo de autodestrucción. Una vía de escape con la puerta cerrada al final. Cogemos uno, dos o mil pensamientos y nos machacamos. Convirtiendo las sensaciones en realidades y las realidades en obsesiones. Jugamos con ellas a ratitos. Las maldecimos, las disfrutamos, las aumentamos y las disminuimos. Hasta que el juego se pasa de rosca y las obsesiones se transforman en débiles e indefensos suspiros o bien, en serias comeduras de cabeza. Y cuando se convierten en lo segundo, ya podemos ir buscando un buen centro de desintoxicación emocional.

viernes, 8 de octubre de 2010

Soy más tú

Tuve un escalofrío en el taxi y recordé un instante tuyo. De repente, fue como volver a sentirte. Recordé tu promesa y me sentí feliz porque creo que la cumplo, quizá con creces, pero también decías que mejor pasarse que quedarse corta y que además con esos rizos jamás podría excederme.
Ahora, a las 4:15 de la mañana decido abrir la caja. Lo primero que encuenstro es un dolor punzante, la carta de tu padre y la mía que te llegó tarde y me fue devuelta. Después ya vino la nostalgia, la melancolía y la tristeza. Hacía más de una año que no abría la caja, tu caja. Hay que ver la de cosas, aparentemente insignificantes que guardamos de las personas que nos importan mucho y que no se sabe porque extraña razón pensamos que su compañía será intensa pero efímera.
Te leo y me leo, y me pregunto si realmente lo que hago no es más que la búsqueda incesante de lo que tú me dabas. Madre mía, más de ocho años y sigo con lagrimones al mirarte. Lo peor de todo es que me atreva a quejarme por bobadas teniendo tu ausencia todavía bien clavada. Mierda, mirando tu puzzle me acabo de dar cuenta de que jamás podré superar del todo tu falta.
Soy más tú de lo que me pensaba.

jueves, 7 de octubre de 2010

Creamos vínculos

Creamos vínculos
uno, varios o miles
creamos vínculos
inevitablemente
creamos vínculos
necesariamente
creamos vínculos
para poder existir
creamos vínculos
para estar vivos
creamos vínculos
y nos entregamos
creamos vínculos
y jamás olvidamos.

miércoles, 6 de octubre de 2010

A veces pienso que no vivimos,
sino que tanteamos.

lunes, 4 de octubre de 2010

domingo, 3 de octubre de 2010

Contra el suelo

Y entonces fue cuando decidí coger tu curiosidad y la mía, los desgastes y el esperpento.
Además me arranqué las nubes y los desconciertos, me exprimí la espera y me extirpé
las mentiras, las recriminaciones y los consentimientos.
Empezaban a cobrar forma todas mis miserias.
Junté también las soledades, los insomnios y las vueltas.
Agrupé las lagrimitas invisibles con los gritos cardiacos
e hice con ellos una gran bola de abatimiento.
Y así, junté amorfidades, lamentos y pastosas bolas,
incorporándolo todo a un montón de banalidades secas y aburridas.
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Cuando tuve todo mezclado y revuelto,
nadando dentro de un frasco sin forma,
respiré hondo, cogí carrerilla y
lo estampé todo contra el suelo.
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Ahora observo como se evaporan y disuelven en el aire muchos de mis tormentos.
Pero se me olvidó no respirar y algunos apenas tardaron en volver a meterse dentro.
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sábado, 2 de octubre de 2010