Hace unos días me pusieron en clase una película documental exageradamente optimista, tanto que rozaba lo ridículo, "El secreto" se titula, por si alguien quiere o necesita un buen chorro de gente bastante flipada con lo bueno y gozoso que es vivir. El caso es que dijeron unas frases que me dejaron pensando...
Nos pasamos el rato pensando en lo que no tenemos, en lo que no ganamos, en los que no están, en lo que no conseguimos, en lo que no sentimos, en lo que no sabemos, en lo no somos, en lo que no, no, no no.... siempre no. Negación continua. Según la película, esto nos produce una energía negativa que condiciona nuestra vida impidiendo que consigamos las cosas porque no nos permitimos ser felices (o algo así). La cuestión es que fluyendo energía o no, es cierto, que lamentamos más que apreciamos, que recordamos más que vivimos, que perdemos el tiempo más que aprovecharlo. Las cosas suceden, pero depende de nosotros cómo dejamos que nos sucedan.
Todo depende más de nosotros de lo que pensamos. Si nos rodeamos de negación, tendremos negación y si nos rodeamos de buen rollo, encontraremos buen rollo. Los optimistas son más felices porque su vida es mejor, porque provocan que su vida sea mejor. Y posiblemente tengan los mismos problemas que los negativos, incluso más. Pero no se rinden porque saben ver el otro lado. Piensan todo el rato en lo que sí tienen, en lo que sí ganan, en los que sí están, en lo que sí consiguen, en lo que sí sienten, en lo que sí saben, en lo sí son, en lo que sí, sí, sí, sí.... siempre sí. La suerte no es algo que llega, la suerte se la crea uno mismo enfrentándose a lo que toca. Hay maneras de vivir. No hay personas tristes y felices. Hay personas vagas y valientes.
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La felicidad no es una meta, es un camino.
De nosotros depende apreciar lo bonitos que son los árboles, saltar las rocas para poder continuar (aunque nos hagamos daño al caer) y sentir como los días son más largos según avanzamos. O por el contrario, quedarnos sentados en una orilla, manchándonos de barro, sintiendo frío y viendo como se hace de noche cada vez más pronto.
Yo elegí caminar. Tengo unas cuantas cicatrices y alguna que otra herida, pero oye, parece que al Sol se curan más rápido que a la sombra.