2 x 1

Me siento cansada por dentro. Me pasan los días demasiado rápido. Necesito dejar de organizar mi vida. Planifico tanto que sólo cumplo lo programado y se me olvida vivirlo. Mi existencia parece un trabajo, una obligación. Grave error. La vida es más que un calendario lleno de apuntes. Tengo que controlar menos y disfrutar más. Desconectar más del mundo y conectar más conmigo misma. Es cierto que de vez en cuando es bueno dejar que el río se desborde... aprendes a nadar mejor.

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Tengo un libro enorme esperando para las noches pero escribo.

Escribo porque hace más de siete años que escupir palabras a boli me desahoga. Escribo porque noto de nuevo la espera y el nudo. Escribo porque no se cómo ayudar y eso me desespera muchísimo. Pero sobre todo, escribo porque es el único momento del día enteramente mío. Sin interrupciones, sin horarios, sin voces, sin lamentos. Por un instante el boli, el papel y yo dejamos que todo lo que quiera salir salga, que todo lo que quiera decir se diga. Escribiendo puedo pensar, puedo escapar, puedo dormirme.

Impotencia

Hoy es un día tenso, incómodo, triste. Intento abarcarlo todo y me desbordo. Los abrazos sobran porque ya se saben y las palabras se pierden porque ni tan siquiera se escuchan. Es complicado ayudar cuando no hay opciones. Me siento inútil... pero creo que así nos sentimos todos. El silencio gobierna la mayor parte del tiempo. Es una situación difícil. Los rodeos de la muerte nunca son fáciles.

Fragmento del libro "Viajes por el Scriptorium" de Paul Auster

"Está como ausente, perdido entre los fantasmas que pueblan su imaginación mientras busca una respuesta a la pregunta que lo atormenta. [...] Luego se echa hacia atrás en el sillón, cierra los ojos y empieza a balncearse, cayendo pronto en uno de esos apáticos estados cercanos al trance en los que la mente se vacía de todo pensamiento, de toda emoción, de todo contacto con el yo profundo."

Adaptation. El ladrón de orquideas.

Una auténtica obra maestra:

Quizá...

Quizá sea por la multitud de lágrimas que te he visto o por lo profundos que resultan tus desgarros. Quizá sea por la cantidad de años compartiendo noches o por el poder reconfortante de tus manos. No lo se...

Quizá sea por la incondicional admiración y orgullo que siempre dices que me tienes o por las despedidas que me dejas escondidas. Quizá sea por tus días taciturnos y grises o por las enormes carcajadas y los sinceros mimos. No lo se...

Quizá sea por ese pequeño detalle de estar a mi lado toda mi vida incluso en la distancia. No lo se... Pero eres la única persona cuya felicidad (aunque sea intermitente) me llena hasta tal punto que siento como mi corazón se ríe al verte alegre. Y es una sensación alucinante hermanita...

Paseando

Me bloqueo. Pero luego me ordeno y todo vuelve a funcionar. Es realmente complicado conseguir autocontrol eficaz en verano. Cuesta horrores condicionar tu libertad vacacional. Por eso la mente se bloquea y rechista, pero luego lo comprende y se adapta. La adaptación es un proceso delicado. Necesita mucha energía y concentración. Desde aquí recomiendo como terapia para soportar los cambios, el salir a pasear un ratito con la conciencia.

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Podría mirar al horizonte durante horas... pero eso no cambiaría nada.

Prometido

Rellenando huecos

Creemos que tenemos el control pero no es más que una ilusión. No controlamos nada, ni tan siquiera a nosotros mismos. Confiamos en que las cosas son como las vemos. Interpretamos, lanzamos hipótesis y nos autoconfirmamos las teorías. Es todo mentira. Realmente sólo partimos de nuestra percepción de los hechos. Automáticamente formamos nustro mundo rellenando huecos con nuestras subjetivas conclusiones. Podemos vivir más o menos atentos, más o menos organizados, pero nunca podemos creer que controlamos.

Damos por sentado a menudo sin saber. Partimos de nuetra manera de ser y generalizamos. Si queremos ver donde no hay, vemos. Y si no, todo ocurre sin detenernos un instante. Nuestro alrededor se crea constantemente sin permiso. Las decisiones, los sentimientos, los deseos, los actos... Todo gira entorno a nosotros mismos, entorno a la visión que queramos darles. Sin embargo, la percepción ajena jamás la poseemos, no la controlamos. Podemos interpretarla, incluso entenderla, pero nunca tendremos su control, por mucho que insistamos.

Escondida

Me escondo en tus silencios, en tus abrazos al aire y en tus melancólicos suspiros.

Me escondo en las palabras que no dices y en las lágrimas que no derramas.

Me escondo en tus sonrisas fingidas y en tus manos ansiosas de caricias.

Me escondo calladita y expectante, paciente y tolerante.

.Me escondo...

bajo las olas de tu tormenta para cuando necesites encontrarme.