"Vamos a ver. Primero pongámonos de acuerdo en las tres o cuatro cosas que realmente han cambiado según los mejores expertos. Es indiscutible que estamos en plena globalización; las clases a las que yo asistía de pequeño estaban compuestas por niños oriundos de entornos extremadamente parecidos. Éramos como dos gotas de agua. Las clases de hoy son tan raras que he oído a un educando norteamericano decir “a veces, parece que he reunido a 30 pacientes mentales”; en realidad son el reflejo de un mundo globalizado en el que ha desaparecido la cultura hegemónica.
Segundo, en contra de todas las apariencias, vivimos en un mundo en donde está declinando el índice de violencia y aumentando las cotas de altruismo. Los experimentos efectuados al respecto son innumerables. Lo que no sabemos es rentabilizar esas tendencias a nivel social y, sobre todo, a nivel individual. Vale la pena, pues, replantearse la necesidad de hacer algo, porque no es cierto que vayamos inevitablemente a una situación caótica.
Tercero, existe un consenso generalizado en el sentido de que la consecución de mayor compasión y menos violencia pasa por la reforma educativa. ¿Cuáles serán las dos corrientes básicas del conocimiento que permitirá esta reforma?
Aprender a gestionar la diversidad de las clases que son el producto de un mundo globalizado. No será posible destilar conocimientos adecuados sin haber aprendido primera a gestionar esta diversidad alucinante de culturas y etnias distintas de las clases modernas.
Finalmente, al tiempo que los maestros aprenden a gestionar la diversidad, la sociedad entera deberá amaestrar la gestión de aquello que une a los miembros de las clases modernas, a sus padres y a sus abuelos: gestionar las emociones con las que vienen al mundo, que son básicas y universales. ¿Cómo se gestiona el odio, el desprecio, la rabia, los enfados, la felicidad o la sorpresa? Lo extraño es que hayamos podido sobrevivir tantos años sin tener ni idea del aprendizaje social y emocional."
-------------------------------------------------------------------------------------------------
MI HUMILDE OPINIÓN:
Esta claro que el mundo ha cambiado y hasta que el sistema educativo en particular y la sociedad en general no lo admita, no se llegará a ningún lado. Como bien dice Punset, hay que aprender a gestionar la diversidad. Hay que adaptarse a los tiempos que corren. Hay que "cambiar el chip". Creo que muchos de los conflictos que se crean en las aulas es por falta de recursos y no precisamente materieles, sino mentales. Si en tu aula tienes alumnos de diversas culturas habrá que informarse sobre ellas para poder llegar a los niños, para poder comprenderles, para respetarles. No podemos querer recoger frutos, si no hemos sembrado nada antes. Por eso pienso que es más importante cambiar el enfoque, adaptarse a lo nuevo. Si se pudo con el euro y con internet, seguro que se puede con la diversidad. Pero esta claro que el que no quiere, el que no se lo propone de verdad, sea por prejuicios o sea por pura vagancia, no lo conseguirá nunca.