miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las esperanzas, las ilusiones, los deseos, las metas, los sueños...
a menudo ahogan bastante más que el miedo y el desconcierto.
Porque lo que no esperas duele,
pero lo que esperas y no llega, machaca.

Fragmento del libro "Cosas que hacen BUM" de Kiko Amat

"Al final, lo que pasa es que vas por la vida como si arrastraras una red de pesca, y la red cada vez pesa más porque está más llena de recuerdos, y no hay manera de parar en algún lado y soltar alguno de ellos. Estás condenado a arrastrar para siempre todo lo que atrapa la red de tus movimientos. ¿Qué hay dentro? De todo, como en las redes de verdad. Hay tiburones y sardinas, hay salmonetes deliciosos, pulpos, medusas venenosas, y erizos punzantes. Y también hay rémoras. Sobre todo rémoras."

domingo, 26 de septiembre de 2010


Tengo días en los que sin explicación lógica alguna,
me duele muchísimo el corazón.

Me pregunto si las taquicardias inhibidas
tendrán algo que ver en todo esto o
sólo serán fuertes ataques de melancolía transitoria.



sábado, 25 de septiembre de 2010

A poquitos

Siento mi corazón fuera del pecho. Los fuertes latidos me aprisionan la garganta. Me arden los labios y me retumba la cabeza. ¿Qué se espera de mí? No defraudar. Pero ¿se espera o espero? ¿Realmente es verdad mi verdad o soy un espejismo, un océano de vagos suspiros? ¿Qué hago? No me entiendo o me entiendo demasiado. Todo es imposible... y morimos un poco. La necesidad no es la misma, por eso no se digieren bien las circustancias. Nosotros ponemos los límites, aunque a veces parezca que son los límites los que nos ponen a nosotros. Es el perro del hortelano, un bucle infinito, a intervalos, pero infinito. Puede detenerse, pero nunca nos sentimos tan fuertes como para renunciar a nosotros mismos. Así que nos rendimos y elegimos la otra opción: desgarrarnos a poquitos y esperar a que el tiempo nos vacíe.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

lunes, 20 de septiembre de 2010

Self Portrait with canvas. Jacob Collins. Oil on canvas. Private collection.

Tiempo

El tiempo lo cambia todo. El tiempo todo lo cura. Tiempo al tiempo. Siempre el tiempo. Todo gira entorno al tiempo. Las cosas suceden, los sentimientos se tienen, las heridas se curan. El tiempo nos transaforma, nos cambia, nos deforma, nos define y nos protege. Es el enemigo y el aliado, la tormenta y la calma. Vivimos en el tiempo. Le soportamos, le rogamos, le deseamos y le descuidamos. Somos títeres a su paso, sin excepción, todo el mundo, sin diferencia. Todos iguales ante el tiempo. Todos frágiles y dependientes, marcados, encadenados y resignados. Pero si no fuera por el tiempo, por su paso, por su indiferencia, por su gran valor, todos estaríamos exageradamente perdidos.

sábado, 18 de septiembre de 2010

viernes, 17 de septiembre de 2010


Al principio no porque todo es más real o más fingido.
Hay más lástima y envidia. Más conciencia, más dolor.
Se escuchan los suspiros, los gritos, los desánimos,
también las carcajadas, los favoritos y los mimos.
Pero por la noche todo se vuelve del mismo ovillo,
todos cruzamos el mismo puente, el mismo camino.
¿Vida medio llena o vida medio vacía? Da igual.
Todo es confundible, todo se mezcla, todo se dispersa.
Por eso estamos tantos allí.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Vaivenes

"Cada existencia tiene sus vaivenes, que es como decir sus pormenores. El tiempo es como el viento, empuja y genera cambios. De pronto nos sentimos prisioneros de una circustancia que no buscamos sino que nos buscó. Y para liberarnos de esa gayola es imprescindible pensar y sentir hacia adentro, con una suerte de taladro llamado meditación. De pormenor en pormenor vamos descubriendo el exterior y la intimidad, digamos el milímetro de universo que nos tocó en suerte."
.................................................................................................................Mario Benedetti
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miércoles, 15 de septiembre de 2010

No decía palabras

No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
.
Auque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.
.
......................................................Luis Cernuda

lunes, 13 de septiembre de 2010

-WHEN YOUR MIND'S MADE UP-




(Glen Hansard And Marketa Irglova: B.S.O. de la película Once) .

domingo, 12 de septiembre de 2010

Inercia

Nos marcamos objetivos. Siempre. Aunque no nos demos cuenta. Hacemos todo por una finalidad concreta, por llegar a un fin, por conseguir algo. A menudo el objetivo comienza y cambia. Según transcurre el tiempo, perdemos su rumbo y se transforma. Y cuando nos queremos dar cuenta, el objetivo es distinto (o queremos que sea distinto). Nos quedamos desconcertados cuando no reconocemos lo que nos propusimos. Nos asustamos, nos angustiamos, nos consolamos y finalmente, buscamos otro objetivo que le sustituya. El problema es la inercia, nos acostumbramos a un camino y después, resulta difícil salirse de él. Sabes que no quieres (o no puedes) llegar al destino, pero aún así, sin querer, sigues caminando. Te lamentas, te tropiezas, te arrepientes pero sigues. No puedes evitarlo, es un lastre muy humano. Nos resulta fácil marcarnos los objetivos, pero no olvidarlos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Y qué si trato de compadecerme, de convencerme, de resignarme, de arrepentirme, de suplicarme, de comprenderme, de pedirme, de consentirme, de hundirme, de apreciarme, de abatirme, de castigarme, de preguntarme, de cansarme, de valorarme, de exigirme, de cuestionarme... Si nadie nos enseña a vivir con un solo verbo.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Me equivoco

Me equivoco. Quiero acertar pero me equivoco. El reflejo es tan fuerte que me impide ver la realidad. Hago daño. Lo se porque a mí me hacía daño. Luego te compensa y lo recuerdas con un intenso cariño. Pero el luego tarda a menudo demasiado. Hay que saber controlar el tiempo y hay que saber cuando parar. Respetar el dolor de las heridas cuando todavía no son cicatrices. Remuevo constantemente la arena y creo olas. Es cruel. Y también rematadamente dificil controlarlo. Entiendo tanto el vacío que quizá por eso no puedo dejarlo. Pero debo hacerlo, no puedo seguir machacando. Amanece y sólo puedo escribir. Necesito escribir. He tomado una decisión y cuando elijo quiero ser firme. Seguiré ahí por siempre, para siempre, pero debo aceptar que no puedo solucionar nada, por mucho que intente convencerme de ello.

jueves, 9 de septiembre de 2010

miércoles, 8 de septiembre de 2010

martes, 7 de septiembre de 2010

Sean quienes sean

Es un proceso inconsciente. No programado. Pero en un segundo de repente te das cuenta.
Lo asumes. Lo aceptas. Es irrefutable.
Vuelvo al mismo lugar, al mismo estado.
Esta vez algo diferente. Con otros matices.
Soy yo la que está al otro lado de la línea.
Me asusta, me paraliza... pero me encanta.
Se crea el lazo, la protección inevitable.
El miedo a la pérdida, la complicidad.
El instinto inevitable de cuidar, de mimar.
Pero también ataca la dolorosa empatía.
Lo suyo es lo tuyo, todo, sin excepción.
La alegría y el dolor, lo bueno y lo malo.
Pero el cariño incondicional compensa.
No hablo de amor, ni de pasión. Es una entrada que habla de cariño, de ternura, de afecto. Posiblemente el mejor regalo con el que nacemos.
Nos aferramos a las personas que elegimos y luchamos para que no nos falten nunca.
Sean quienes sean y todos los que sean.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Good things come to those who wait

En el extremo más afilado

Oímos voces sin consuelo, gritos inconformistas y apesadumbrados. Noches sórdidas, largas, consumidas. Saturadas de latidos inquietos y respiraciones cortas. Apestadas de nudos y vueltas, de sábanas prietas y sudores secos. Noches eternas e implacables. Frías, hirientes, llenas de metralla y desconsuelo.
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Nos quedamos indefensos, frágiles. Esquivando golpes y saltando piedras. Atravesamos el mundo, no lo observamos. O peor, desistimos y jamás nos desnudamos. Coleccionamos daños y secretos, miserias y remordimientos. Perdemos el rumbo, nos alejamos, nos rendimos.
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Todo es mentira, todo es verdad. Nada gira y nada nos conmueve. Sentimos un montón de historias, nos chocan miles de neuronas. Elegimos, dudamos, morimos un poco en cada pérdida. Nos miramos el alma invisible y suspiramos, siempre suspiramos cuando no vemos.
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Luego están las lágrimas, las buenas y las falsas. Las que surgen de ojos cansados y tristes, las que dicen ser algo y son otra cosa, las involuntarias que acaecen sin intención y sin licencia. Lágrimas rotas y rajadas, en silencio y a solas. Pero al final, en el extremo más afilado del tormento, están las retenidas, las castigadas, las más jodidas.